LOS BESOS EN EL PAN
El libro está bien escrito, propio de Almudena, y aunque no es de
los mejores, las secuencias enganchan, y ha sido de un agrado casi unánime.
El título del relato hace referencia a los años de la hambruna en
el que la comida era un bien escaso, y el pan un producto casi sagrado “El pan
no se tira, se besa y se da en la mano” decían las abuelas de alguien.
Las primeras líneas son un precioso alegato de la penosa situación
en postguerra con todas sus miserias. Rebosa ternura y tristeza.
El relato está situado en un barrio del Madrid antiguo, dentro de
la crisis que nos acompañó desde 2008, en una atmósfera costumbrista, dentro
del realismo social. La cascada de quiebras del bienestar de otros países
afecta de lleno a España, y nos hace un retrato de múltiples personajes, tal
vez demasiados, en pinceladas, con todos sus problemas personales, secretos de
familia, depresiones, amores y desamores y sus respuestas ante la difícil
situación. Reducción de salarios, pérdida de empleo o miedo a perderlos,
degradación de la sanidad, especulación inmobiliaria, desahucios,
competitividad agresiva. Y flotando entre las penurias, la dignidad, la
creatividad, la solidaridad de los vecinos, que ayudan a propios y extraños sin
discriminaciones. Transmite esperanza y fe en los valores humanos, aunque
salen a la luz los egoísmos, los deseos frustrados, la soledad, el suicidio.
También los derrotados por el paro y el alcoholismo. Al parecer, las crisis
sacan lo mejor y lo peor de las personas. No hay una trama central con
personajes que destaquen. Las historias están interconectadas por vecindad,
amistad o parentesco. Hay, dentro del relato, cambios en el tiempo y los lugares.
Y no se echa a faltar algún tópico.
Hay que destacar, tres lugares que son remanso de solidaridad: La
peluquería de Amalia, el bar de Pascual y el Centro de Salud. Algunos
personajes pueden parecer estereotipos, pero corresponden a situaciones, que,
aunque previsibles, podrían ser reales. Reconforta que pueda existir el
buenismo sin adjetivos, y que esté entre nosotros. Así sea.
