PARAÍSO INHABITADO
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Ana María Matute trata muchos aspectos políticos, sociales y morales de España durante el periodo de la posguerra. Su d prosa es frecuentemente lírica y práctica. Su narrativa se caracteriza por la fantasía y el lirismo, presentando temas muy importantes como: la infancia irrecuperable, la incomunicación humana, el cainismo, la injusticia, la violencia, la soledad, el desamparo y la muerte*
Ana María nacida en Barcelona en 1925, fallecida en 2014, autora de catorce libros, veinte cuentos y doce obras infantiles, es poseedora de multitud de premios como el Premio Nacional de las Letras españolas y el Cervantes. Finalizó el libro que comentamos en 2008, a los 83 años de edad. Es un valor más que reconocible de las letras españolas.
El libro, el último que escribió, resulta difícil de creer que no sea autobiográfico, aun haciendo gala de excelente memoria. Descripciones de una infancia que enganchan, dentro de un mundo acomodado en el que escucha a escondidas las conversaciones de los adultos a los que ve como gigantes. Las historias de la inseguridad y el miedo al acceso al mundo de los adultos, que se han visto en otras autoras, junto con el amparo de un ambiente habitacional acogedor, y las deficiencias afectivas de los progenitores, sustituidos por un servicio entregado y personas como familia y amigos. De rondón, conoce en el servicio otras clases sociales y otros lenguajes.
El colegio, de niñas de procedencia similar a la suya, carece de interés para ella, que se refugia en ensoñaciones. La rebeldía de Adri, las piedras en el corazón amontonadas en el colegio Saint Maur, y borradas por Gavi, el concepto del tiempo que le rodea. La metáfora de un unicornio que viaja desde un cuadro a lugares ignotos, dentro de la fantasía que nace de su interior, con la lectura de cuentos y la interpretación de las conversaciones de adultos.
El libro tiene el encanto de la visión infantil de la vida. Unos padres, que dentro de la comodidad se separan y hacen vidas individuales. El despertar a la adolescencia de la niña que conoce a Gavi, una suerte de ángel rubio, al filo de la pubertad, hijo de una bailarina, del que se enamora. Gavi, enseña a Adri a patinar por la azotea del edificio, en una escena algo disparatada. Gavi, igualmente desprovisto del amor de padres se refugia en el servicio y su amiga.
Tal vez el principio del libro pueda hacerse algo más repetitivo, pero el final gana fluidez y poesía que lleva al agrado total de la obra.
Describe bonitas imágenes de lugares junto a personajes, que demuestran el conocimiento de la autora del lugar privilegiado de la burguesía, sus costumbres y forma de vida.










