La librería perdida
LA
LIBRERÍA PERDIDA Evie Woods
La escritora irlandesa Evie Woods, es autora de varios Best Sellers, lo
que no es para algunas-os, la mejor invitación a la lectura. Es un libro con muy
buenas críticas, pero tal vez no apto para lectores exigentes. La historia es
folletinesca, pero adolece de calidad narrativa. La lectura es fácil, fluida, y
puede enganchar para seguir leyendo. Tiene tres personajes principales que van
relatando sus vivencias. Dos mujeres con un estigma común de mujeres
maltratadas separadas por varias generaciones en el tiempo. La novela
quiere ser de un realismo mágico que no lo es tanto, quedando en la
mediocridad. Las protagonistas, a la búsqueda de un amor romántico
deslavazado e irreal. Nombra citas sin demasiado sentido, intentando dar oropel
a las páginas, que, además son excesivas. Los personajes tienen tintes
infantiloides, y hay una falta de intriga. Nombra con entusiasmo a Emily
Brontë, que a nosotros nos deja fríos. Más del gusto anglosajón.
Opaline que cuenta su existencia en los años 20 del siglo veinte,
es mujer maltratada y sojuzgada por su hermano, quien finalmente se revela como
su padre. Situada en Dublín y en París, su hermano-padre, un psicópata, la
esclaviza y recluye en un manicomio del que consigue escapar. De un amor roto y
poco convincente, engendra una hija que le es arrebatada, y que más tarde
tendrá continuidad genética en Martha.
Martha. Mujer maltratada física y moralmente por su marido Shane,
huye a Dublín, y encuentra refugio en la casa donde pudo estar la librería
perdida y buscada por Henry. En la casa, reside Madame Bowdon, una suerte de
bruja buena, que la contrata como ama de llaves. Martha, desciende de la hija
arrebatada a Opaline hace muchas décadas.
Henry. Apasionado por los libros anda buscando un posible
manuscrito de la segunda obra de Emily Brontë, creadora de “Cumbres
Borrascosas” como única novela conocida. Deja a Isabelle, su prometida, por
Martha. Se reconcilia con su padre, de pasado maltratador y alcohólico, que
parece ser, lleva el marchamo en esa sociedad.