Pantaleon y las visitadoras
En la ciudad de Iquitos, se suceden agresiones sexuales a mujeres por parte de las tropas acuarteladas del ejército. Los jefes militares, ante la indignación de los residentes civiles, deciden encargar al recién ascendido capitán Pantoja, un servicio de visitadoras que aplaquen el furor sexual de los jóvenes soldados. Pantaleón, fiel a su condición de militar, ha aceptado, con perjuicio para su vida familiar, relacionarse con el hampa local para conseguir información y candidatas, información que conduce a la perfección y eufemísticamente humanidad de la empresa hacia su fuerza laboral.
Se suceden partes de Pantoja manifiestamente militares que describen la escrupulosa organización del servicio, prestaciones necesarias y forma de abono de los usuarios a descontar de su nómina. Asimismo, otros partes entre los jefes militares con similar lenguaje. Pantaleón Pantoja crea una empresa siendo un excelente administrador de los medios y recursos necesarios, consiguiendo la satisfacción de los usuarios y las envidias de los ajenos, que terminarán con la vida de la única responsable del desvío moral de Pantaleón, “La Brasileña”, mujer bellísima ambicionada por todos. El sacerdote-comandante del enclave, presenta su dimisión escandalizado. Flotan en el ambiente, supersticiones religiosas con los Hermanos del Arca, a cuyo líder, el Hermano Francisco los fieles veneran, cometiendo atrocidades en su nombre.
Saca a relucir la corrupción de la policía, de los militares y de los medios de comunicación que supuestamente abogan por la verdad, cuando han solicitado al capitán participar en el ágape, so pena de arremeter contra él. Es el servicio de mayor puntualidad y eficacia dentro del ejército, comentan con sorna los jefes militares. Tras la muerte de “La Brasileña” y la dignificación de su entierro con la exposición del capitán ante los medios, mostrando su condición militar que había mantenido en secreto hasta entonces por órdenes recibidas, el servicio es clausurado y denostado por los mismos dirigentes militares que habían ordenado su creación, enviando al capitán a un lejano destino que compartirá con su esposa e hijita.