Para algún participe que ya lo había leído se sugirió el de Sanchez Ferlosio "Alfanhui".
He aquí una breve reseña de ambos libros:
En el escenario majestuoso de la Ribeira Sacra, Álvaro sufre un accidente que acabará con su vida. Cuando Manuel, su marido, llega a Galicia para reconocer el cadáver, descubre que la investigación sobre el caso se ha cerrado con demasiada rapidez. El rechazo de su poderosa familia política, los Muñiz de Dávila, le impulsa a huir pero le retiene el alegato contra la impunidad que Nogueira, un guardia civil jubilado, esgrime contra la familia de Álvaro, nobles mecidos en sus privilegios, y la sospecha de que ésa no es la primera muerte de su entorno que se ha enmascarado como accidental. Lucas, un sacerdote amigo de la infancia de Álvaro, se une a Manuel y a Nogueira en la reconstrucción de la vida secreta de quien creían conocer bien.
La inesperada amistad de
estos tres hombres sin ninguna afinidad aparente ayuda a Manuel a navegar entre
el amor por quien fue su marido y el tormento de haber vivido de espaldas a la
realidad, blindado tras la quimera de su mundo de escritor. Empezará así la
búsqueda de la verdad, en un lugar de fuertes creencias y arraigadas costumbres
en el que la lógica nunca termina de atar todos los cabos.
-------------------------------------------------------------------------------------------
Sinópsis de “Industrias y andanzas de Alfanhuí” de Rafael Sánchez Ferlosio
Alfanhuí era amigo de
los lagartos y del gallo de una veleta que le enseñó mucho sobre los colores.
Estudió con un taxidermista cuya criada se puso verde y se murió. Alfanhuí vive
las aventuras como espectador que las adapta a una cotidianeidad fantástica en
la que nada es estridente.
Entre una y otra andanza
va creciendo el protagonista, cual Lazarillo moderno, entre los viejos pueblos
y la polvorientas rutas que pinta magistralmente Sánchez Ferlosio.
Alfanhuí no hubiera sabido decir si en sus ojos había una
tenebrosa soledad y en sus oídos un insondable silencio, porque aquella música
y aquellos colores venían de la otra parte, de donde no viene nunca el
conocimiento de las cosas; traspuesto el primer día, por detrás del último muro
de la memoria, donde nace la otra memoria: la inmensa memoria de las cosas
desconocidas.